lunes, 24 de septiembre de 2007

Yo soy lo mejor, represento el cambio

Cuando uno escucha esta frase, piensa que se trata de algo novedoso, la salida que este país necesita para enrumbarse a un desarrollo pleno, a nivel social, cultural, económico y sobre todo a nivel moral.

Pero lamentablemente no es así, solo se trata de uno más de la jauría política que nos ataca por todos los costados con frases rebuscadas, que se hacen llamar los mesías, los renovadores, los dignos representantes de una sociedad cada vez mas sumida en la podredumbre moral y social a que nos someten diariamente con las incoherencias, desfachatez e insensibilidad que mostramos tanto los ciudadanos ante los desmanes y desafueros de nuestros representantes en los estamentos del Estado dominicano como aquellos que detentan dichos cargos.

Y no sé si sonreír por calificarlo como un mal chiste tal cual, lo hacen unos insufribles “humoristas” del canal cinco, aunque (estos son los dignos representantes de lo que es la sociedad dominicana, esa que no vemos diariamente, pero que son al final de cuentas los que eligen a nuestros gobernantes por ser capaces de ir a votar y representar una gran parte de la población apta para el voto) o llorar de impotencia ante la desfachatez de este nuevo aspirante a la presidencia de la República Dominicana, nada más y nada menos que el llamado Candelier. Si ese mismo que estuvo en la Dirección General Forestal en el gobierno del Doctor Balaguer, al cual el mayor merito que alcanzo fue el poner a un pobre mulo con una goma encendida como forma de orgullo por su deber cumplido ante los continuos desmontes forestales de ciertos campesinos que vivían de la tala y corte de arboles para hacer carbón para sobrevivir.

El mismo que fue Jefe de la Policía Nacional en un gobierno del Presidente Leonel Fernández y que por el mas mínimo reparo se ejecutaba a cualquier persona en la calle sin mediar discusión alguna y donde los policías que están llamados a defender a los ciudadanos exhibían una arrogancia inigualable, claro no era para menos, dada la arrogancia y petulancia de su jefe.

El mismo que en pleno ejercicio de ser jefe de la Policía Nacional, se supo, claro no porque él lo dijera, sino porque se coló, o porque a alguien le interesaba decirlo (hay que estar claro, en este país solo se saben ciertas cosas cuando a alguien con algo de poder se ve afectado por esa circunstancia, de lo contrario los hechos son tapados, porque como dicen, entre bomberos no se puede pisar la manguera, cuestión mas asqueante que esta es imposible de ver) y es que siendo el flamante jefe de la Policía Nacional se supo que le regalaron una Villa nada más y nada menos que en el exclusivo lugar de Casa de Campo, lugar de príncipes y señores de este paradisiaco país.

Pero nada, esos son al parecer los estandartes gloriosos de República Dominicana, atrás muy atrás quedaron los Duartes, los Mella, Sánchez, y otros no menos importantes portaestandartes verdaderos de nuestra otrora República Dominicana.

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